Que una central de climatización abastezca de agua enfriada a diferentes clientes es una situación común en edificios de oficinas y centros comerciales.

El caso que nos llamaron a investigar trataba de una controversia que se arrastraba por un buen tiempo, entre uno de los mayores centros comerciales de la ciudad y una de sus tiendas ancla. Problemas de temperatura en la tienda repercuten en el confort de los trabajadores y de los clientes. El personal no trabaja a gusto, y el problema se puede transmitir al comité paritario o escalar a un nivel superior. Los clientes tampoco se sienten cómodos, y buscan permanecer el menor tiempo posible o eligen visitar otro local, lo cual repercute en las ventas.

 

El sistema de climatización en este caso consiste en varias unidades manejadoras de aire distribuidas entre los diferentes sectores y niveles de la tienda. Ellas se encargan de enfriar el aire con serpentines de agua abastecida por la central del centro comercial.

Los técnicos de la tienda encontraron buena la temperatura de entrada de agua enfriada, pero altas las de inyección de aire, lo cual imposibilita bajar la temperatura en las zonas ocupadas. Concluyeron entonces que el problema se originaba porque el mall no les entregaba la cantidad de agua suficiente para permitir el enfriamiento, y solicitaban el cambio de las bombas.

Por otra parte, el departamento de operaciones del mall aseguraba que su central funciona adecuadamente, que las otras tiendas no tenían inconvenientes con las temperaturas, y que las instalaciones dentro de la tienda eran las que generaban los actuales problemas, porque se debían haber ocupado cañerías de mayor diámetro.

 

Cuando nos otorgaron el permiso para revisar tanto las instalaciones de la tienda como la central del centro comercial, aprovechamos de obtener la mayor cantidad de datos posibles, avanzando sistemáticamente según el procedimiento que planificamos. Evaluamos las bombas, los diámetros de cañerías y sus singularidades, y aprovechamos un by-pass en la cañería a la entrada de la tienda para realizar algunas pruebas. También se revisaron las unidades manejadoras, sus válvulas de control y sus circuitos de aire. Todas las mediciones realizadas en las distintas condiciones que forzamos, permitieron tener los datos suficientes para realizar el análisis y llegar al esperado diagnóstico.

Si bien se encontraron varios aspectos para mejorar, tanto por el lado del mall como por la tienda, se determinó que una gran cantidad de barro en las cañerías eran el principal inconveniente, ya que reducían considerablemente el flujo de agua y tenían los filtros prácticamente tapados. Una exhaustiva limpieza del circuito fue la acción a ejecutar, logrando la esperada mejora.

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